La mayoría de las personas teme invertir porque supone que es un acto que sólo se puede realizar si se tiene mucho dinero. Leé el siguiente artículo para descubrir qué hay que tener en cuenta a la hora de invertir.
Hoy en día sabemos que las finanzas se han democratizado y las posibilidades son infinitas a la hora de pensar dónde hacer rendir nuestros ahorros, lo que hace que el mito mencionado anteriormente se derrumbe y surja la pregunta del millón: ¿Desde cuánto puedo invertir?
Aquí es donde los especialistas en finanzas cambian la pregunta a ¿cuánto querés invertir y en qué plazos? Aunque no lo crean, la segunda parte de la pregunta es la más importante y la más difícil de contestar: “¿A qué plazo?”
Como dijimos al comienzo, no es necesario ser rico para invertir, y tampoco necesariamente vamos a hacernos ricos por hacerlo. Es importante entender que la inversión debe ser parte de una planificación, lo que nos va a permitir tener en claro los objetivos y en consecuencia, los plazos.
La planificación es la estructuración de una serie de acciones que se llevan a cabo para cumplir determinados objetivos. Desde otro punto de vista, planificar significa anticiparnos a eventos que pueden representar una amenaza u oportunidad. De ese modo, se busca reducir los impactos negativos de dichas contingencias e impulsar los positivos. Es decir, planificar no sólo significa definir un programa de acción, sino minimizar daños y maximizar la eficiencia.
En resumen, lo que nos va a permitir una optimización de nuestros recursos es armar un plan, pero ¿cómo lo construimos?
Se pude construir de varias formas. Hay muchas discusiones instaladas respecto del orden y la importancia de los diferentes pasos del armado del plan, por lo que sólo nos detendremos a enumerarlos. Luego, en nuestro foro podemos discutir las diferentes posturas, ¿qué les parece?
Vamos con los pasos:
• Objetivo: Cada fondo o ahorro debe tener un fin (comprar la casa, fondo de emergencia, retiro, etc). Esto es lo que nos va a motivar a sostener la inversión.
• Tiempo: Es el plazo en el cual queremos conseguir el objetivo, o bien el lapso de tiempo que podemos tener inmovilizado el activo para que nos genere algún rendimiento.
• Activo: Es el dinero que disponemos. Lo ideal sería poder construir un fondo en base a un porcentaje de nuestros ingresos, pero también puede tratarse de un ingreso extraordinario.
• Herramienta de inversión: Hay muchísimas opciones, pero lo más importante es asesorarse para encontrar la que mejor se adecúe a nuestro objetivo. Lo recomendado es que podamos diversificar, ya que de esta forma no sólo disminuimos el riesgo, sino que además podemos armar fondos con diferentes objetivos.
Como conclusión, podemos decir que cualquier persona puede invertir, y puede hacerlo con el monto que quiera. Sólo tiene que tener determinación y asesorarse, ya sea que quiera hacerlo por su cuenta o con ayuda profesional.